Nuba y su amiga Lena juegan en el parque compartiendo ambas sus juguetes; sin querer Nuba rompe una pequeña jirafa que su amiga le ha dejado.
Aunque no lo ha hecho a propósito, se siente muy mal, ha sido un accidente, pero Nuba ve a su amiga Lena muy triste, ya que era su juguete favorito.
De repente Nuba recuerda que hay un “hospital de muñecos” en la calle “Nubesol”, y decide ir en su búsqueda; finalmente consiguen reparar a la pequeña jirafa. Nuba está mucho más tranquila y contenta.
Al día siguiente ambas amigas coinciden en el parque y…¡Nuba le entrega a su amiga Lena su jirafa arreglada!
Nuba ve feliz a su amiga, y ha aprendido una gran lección:
“Las cosas que nos prestan debemos de cuidarlas como si fueran nuestras”