El control de la motricidad fina es la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos. Un ejemplo de control de la motricidad fina es recoger un pequeño elemento con el dedo índice y el pulgar. Los niños desarrollan destrezas de motricidad fina con el tiempo, al practicar y al enseñarles.
El trabajo de la motricidad fina en la etapa de Educación Infantil es imprescindible, una buena estimulación de la misma, hará que la adquisición de la escritura se consiga con éxito, y que sea una escritura de trazos seguros, legibles y limpios.
Además, mientras que los niños entrenan su motricidad fina, muchos ejercicios, permiten que adquieran casi sin darse cuenta conceptos de otras áreas.
Dada la gran importancia de la motricidad fina, en el desarrollo de los niños en la etapa de educación infantil, los alumnos de 3 años llevan desde principio de curso, realizando a diario actividades y ejercicios de motricidad fina.
Para ellos es un juego que les encanta, y al mismo tiempo que desarrollan una destreza fundamental para su futuro, se divierten.
Algunos ejercicios que realizamos en el aula son los siguientes:
"Abrochar y desabrochar los botones del babi, Rasgar papel con los dedos (periódicos, papel seda...), hacer churritos y bolitas con plastilina, picar con punzón y alfombrilla, clavar pinchitos en las planchas perforadas, pegar pegatinas, hacer torres de bloques, pintar con los dedos, hacer collares con bolas o macarrones, colorear libremente, escribir con el lápiz, hacer círculos y líneas libremente..."
Os animamos a que practiquéis estos y otros muchos ejercicios más, ¡os lo pasaréis en grande con vuestros hijos!